Aqui abajo voy a poner la reflexión que hemos hecho respecto a este trabajo y nuestro cómic:
Este año, en el trabajo modular hemos investigado respecto al género y los
estereotipos que están relacionados con ellos. Al principio, no sabíamos cómo
abordar este tema, ya que es muy extenso y complicado de sintetizar en unas
pocas hojas. Como personas, y sobre todo como mujeres, decidimos indagar en las
consecuencias que tienen los estereotipos en nuestra manera de ser y en el carácter.
Al investigar sobre la imagen de la
mujer durante la historia nos hemos dado cuenta de muchas cosas. La primera de
ellas y la que nos ha traído a hacer este trabajo es la cosificación de la
mujer.
Constantemente nos están
bombardeando con imágenes de mujeres bellas que solo buscan dinero, ropa y un
hombre que las mantenga. Hemos perdido todo tipo de derechos al convertirnos en
simples muñecas. Un claro ejemplo de esto podría ser la Barbie que durante
generaciones a acompañado a las niñas como muñeca de juegos preferida, pero
¿qué es lo que la Barbie y muñecas semejantes a estas nos han inculcado? Nada
bueno, la verdad.
Mujeres que están calladas y siempre
sonriente. Mujeres que solo desean vivir para estar bellas y para buscar un
buen hombre que mantenga sus caprichos. Resumiendo, las mujeres somos
consideradas meros objetos de decoración, somos algo que hace la vida de los
hombres más bonita y cómoda, para que ellos puedan seguir dedicándose a obtener
éxitos en el ámbito público.
Las mujeres somos personas ante
todo, no somos una lista de atributos, no somos objetos que decoran. Parece que
estamos condenas a vivir en la sombra de la imagen del hombre, y nosotras nos
negamos en rotundo a esto.
No llevamos etiquetas, no somos solo
madres, amantes, cocineras... somos más mucho más, somos mujeres y ante todo
personas. Personas que luchan por obtener sus propios sueños y anhelos. No
queremos escondernos detrás de nadie, queremos que se nos vea y que se nos
escuche como iguales, y no como seres inferiores que constantemente hay que
proteger y salvaguardar.
Lo peor de la objetivación, aunque
parezca mentira, no es el hecho de la negación del derecho a ser personas
completas, si no las consecuencias que tiene la cosificación de la mujer.
El mundo y nuestra sociedad ha
utilizado muchas veces la cosificación de los seres humanos, un claro ejemplo
de esto está en una capítulo reciente y muy oscuro de la sociedad occidental:
la segunda guerra mundial y los campos de concentración.
Los nacis hicieron una gran campaña
de desprestigio hacia no solo judíos, si no a todos aquellos que no
considerasen que tuvieran los mismos derechos que ellos. Les trataron como
animales, se les olvido u obviaron que con quien trataban eran personas, y como
no las consideraban seres humanos, la violencia hacia ellos estaba justificada,
de igual manera que un granjero mata a una vaca porque ya esta vieja y enferma.
Las mujeres hemos sufrido algo
parecido. Cuando a un ser humano se le quita la identidad de persona, la
violencia queda justificada, ya que ya no la ves como alguien independiente, si
no como algo que es de tu propiedad y todos sabemos que hacemos lo que nos da
la gana con nuestras cosas. La consecuencia más grave de esto es la violencia
de género que tenemos que soportar a diario. Lo peor es que este tipo de
violencia se esconde detrás de pequeños gestos cotidianos de los que no somos
conscientes, porque los tenemos tan interiorizados que los damos por naturales.
Nosotras con este trabajo
reivindicamos nuestro poder, nuestro derecho a ser personas y no cosas, nuestro
poder de elegir y sobre todo, nuestro poder como mujeres libres e
independientes. Se acabo esconderse detrás de las sombras de los hombres, es
nuestra oportunidad de brillar con nuestra propia luz, esa luz que durante
mucho tiempo nos han intentado apagar.
Esperamos que las cosas sigan
cambiando y que, bien los hombres y bien las mujeres, siempre tengamos el
derecho a elegir quiénes somos y quiénes queremos ser, sin tener que llevar en
nuestra espalda el peso de lo que los demás y la sociedad espera de nosotros.
Quitémonos las caretas, los tickets, los códigos de barras... apartémonos de
todo aquello que nos quiera encasillar y marquemos nuestro propio camino, fiel
a quienes somos en realidad.
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